El término fixie (también, fixi o fixed) proviene de la expresión inglesa fixed gear que podemos traducir por “marcha fija”. En esa frase, se concentran las dos principales características de estas bicis: sólo cuentan con un marcha que, además, es de tipo “piñón fijo”, es decir, el piñón gira de forma solidaria con la cadena y, por ende, con los pedales.
Por si no queda claro: en una bicicleta “normal” (nótense las comillas), si dejas de pedalear la bicleta sigue avanzando, sin más, mientras tú dejas los pedales quietos; incluso puedes pedalear “hacia atrás”, sin que eso afecte a la marcha de la bicicleta.
Esto es así porque las bicicletas “normales” llevan “piñón libre” o “rueda libre”, un mecanismo que hace que la rueda trasera pueda girar sin que el movimiento se propague a la cadena. En una fixie, en cambio, el piñón fijo hace que todo movimiento de la rueda trasera se transmita a los pedales (y viceversa, incluyendo el pedaleo hacia atrás). Así, si vas cuesta abajo con una fixie, tus pies seguirán en movimiento no por la fuerza que hagas sino por el movimiento de la rueda.
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